Bienvenidos ami Blog hoy les contare dos leyendas que tiene el País de Albania


Leyenda de Albania

Dice la historia que hace muchos, muchísimos años, un muchacho se levantó una mañana muy temprano para ir a cazar. Caminó tranquilo hacia las montañas y al llegar a su destino, vio  cómo en la cima de una de ellas, un águila enorme descendía del cielo y se posaba sobre su  nido. Lo que más le llamó la atención fue que el águila llevaba una serpiente, rígida como un palo, bien sujeta con el pico.

– ¡Vaya, hoy el águila está de suerte! ¡Acaba de amanecer y ya ha conseguido alimento para su cría!

La reina de las aves, creyendo que la serpiente estaba muerta, la dejó caer junto a su hijito y remontó el vuelo para ir a buscar más.

¡Qué equivocada estaba! En cuanto desapareció en el horizonte, la serpiente se desenroscó, abrió la boca y mostró sus afilados y venenosos colmillos al indefenso polluelo ¡El pobre no tenía escapatoria y la miraba aterrado!

Por suerte el cazador lo estaba observando todo, y cuando estaba a punto de hincarle el diente, agarró su arco, afinó la puntería y lanzó una flecha mortal al peligroso reptil, que se quedó quieto para siempre. Después echó a correr hacia el nido, angustiado por si el aguilucho había sufrido alguna herida.

¡Cuánto se alegró al ver que estaba  sano y salvo! Con mucho cuidado, lo tomó entre sus manos con suavidad, y acariciándole las plumitas se alejó del lugar.

Al rato el águila regresó  y comprobó con horror que su retoño ya no estaba. Desesperada sobrevoló la zona a toda velocidad y distinguió a un joven que se lo llevaba camino de la ciudad. Rabiosa, descendió en picado y se interpuso en su camino.

– ¡Eh, tú, ladrón! ¿A dónde vas con mi chiquitín?

– ¡Me lo llevo a mi casa! La serpiente que cazaste no estaba muerta y casi se lo come de un bocado ¡Quiero ponerlo a salvo!

El águila se entristeció y sus ojos se llenaron de lágrimas.

– ¿Me estás diciendo que soy una mala madre?

– ¡No, de ninguna manera! Imagino que eres una madre buena y cariñosa como todas, pero debes reconocer que has cometido un gravísimo error.

– ¡Lo sé y estoy muy apenada por ello! Siempre estoy pendiente de proteger a mi pequeño porque le quiero más que a mí misma. Te juro que pensaba que la serpiente estaba muerta y que no corría ningún peligro.

– Ya, pero…

– Sin duda fue un descuido y no volverá a suceder. Devuélvemelo, por favor, y yo te recompensaré.

– ¿Ah, sí? ¿Y cómo lo harás?

– ¡Seré generosa contigo! Voy a concederte las dos cualidades más valiosas que poseo.

– ¿Dos cualidades? No entiendo a qué te refieres.

– ¡Sí! A partir de ahora tendrás una visión tan aguda como la mía y tanta fuerza como estas dos alas. Nadie podrá vencerte y te aseguro que llegará un día en que te llamarán águila como a mí.

El cazador pensó que era un trato fantástico y, ciertamente, el águila parecía desconsolada y arrepentida de verdad. En lo más hondo de su corazón sintió que tenía que darle una nueva oportunidad porque al fin y al cabo, en esta vida todos cometemos errores alguna vez. Sin pensarlo más, levantó sus manos callosas y entregó la pequeña cría a su amorosa mamá.



Pasaron varias primaveras y la promesa del águila se cumplió. El muchacho se convirtió en un hombre muy hábil y más fuerte de lo normal, capaz de cazar animales gigantescos y de participar en la defensa de su ciudad cada vez que entraban enemigos ¡Un auténtico héroe al que todos los vecinos querían y admiraban!

También pasó el tiempo para el pequeño aguilucho, que jamás olvidó quién le había salvado la vida cuando era chiquitín. Como era de esperar creció muchísimo, y cuando se transformó en un águila grande y hermosa, decidió no separarse nunca de su amigo el cazador. Siempre a su lado, le protegía día y noche desde las alturas como un perro guardián que vela por su amo a todas horas.

La fama del cazador y de su ave protectora se hizo tan grande que toda la gente empezó a llamarle “el hijo del águila”,  y a la tierra donde vivía, Albania, que significa  “tierra de las águilas”.


Hermosa historia ¿verdad?



Albania, Strix.

En algunos lugares de Albania se narra la existencia de unas criaturas aladas que vuelan por la noche y absorben la vida principalmente de niños, su descripción es muy parecida a la de las Shtrigas, criaturas que ya habíamos mencionado en el número 8 de esta entrega de leyendas del mundo. Sin embargo, la diferencia radica en que a las Strix se les vincula con la forma de aves en vez de con insectos, forma que adoptan las Shtrigas para cazar.

Se les describe como aves deformes parecidas a los búhos, pero con costumbres propias de los vampiros y como estos últimos, los Strix también rastrean, visitan y absorben la energía vital de sus víctimas por las noches, principalmente de niños.

Hay quienes atribuyen el nombre por como los griegos se referían a los búhos, hay que denotar que, en los tiempos antiguos de Grecia, se dice que los búhos tenían una constitución de poco más de 2 metros y que incluso cazaban pequeños niños por las noches, no solo ratones y conejos como lo hacen ahora, posiblemente de ahí puede que se haya formulado el mito. Me imagino a una madre griega diciendo – Si sales de noche o te portas mal, la bruja búho te va a llevar – o algo así.

Seguramente habrá quienes dirán que las Strix son propias de Grecia, las Stregas de Italia y las Shtrigas de Albania, y seguramente tienen razón. Sin embargo, las descripciones de cada critura son diferentes, quizá por esto, aún en el extranjero (hablando de Albania, Italia y Grecia), se les denomina con sus respectivos nombre sin importar donde se hayan avistado.

Adicionalmente, existe una historia; el mito de Lamia. Lamia, hija de Libya y Belus, fue en algún momento, objetivo del amor de Zeus (Zeus era un loquillo) y Hera, legítima esposa de Zeus, se dio cuenta de este deseo y furiosa por la posibilidad de que su marido le fuera infiel (Sí, otra vez) castigó a Lamia condenándola a devorar a sus propios hijos. Sin embargo, el castigo se transformó en gozo cuando Lamia comenzó a disfrutar de esto, convirtiéndose en un ser inmortal que chuparía la sangre de los infantes por toda la eternidad.


Finalmente, a Lamia se le describe como una criatura con pechos y cabeza de mujer, cuerpo de serpiente y alas de lechuza o bien, en otras como un demonio mitad mujer, mitad ave que se quita los ojos cuando busca satisfacer su deseo de muerte





Bueno esas son las dos leyendas del Bello país de Albania


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